Reposando sensaciones

Primer post del nuevo blog que, por cierto, no sé hasta donde llegará. Ya explico que es un mero instrumento para volcar emociones, sensaciones, curiosidades, quejas (muy mío) y puntos de vista.

Tras un mes y medio en Vancouver, en Canadá, tengo las sensaciones reposadas -por lo menos, sobre el lugar- no tanto así sobre mi misma. Vamos, mi interior sigue revuelto y a lo que más se asemeja podemos decir que es a una noria.

Mes y medio de cambios. Caras, lugares, olores…todos es diferente a cómo era hace mes y medio. Algo que no deja de ser emocionante pero que a la vez es aterrador por momentos. Mes y medio en el que la intensidad del tiempo ha vuelto a jugar conmigo. Ya lo contaba cuando estuve en Ecuador en el blog que hice. Nos dicen que el tiempo es lineal e  inalterable, pero resulta que una vez más todo depende de nosotros mismos. De nuestras percepciones y emociones.

En líneas generales, todo rueda. Hay piedras en el camino, claro está…Pero qué camino está tan limpio como para no tropezar ni una sola vez. Aunque existiera ese camino, no me gustaría tampoco. Soy así de rebelde.

«I am homesick» o sea, tengo morriña que dirían los gallegos. Así que todo al que lea estas líneas (que serán amigos) les deseo lo mejor para el año que viene. Y como el mundo no se ha acabado a pesar de lo que pensaban los Mayas (que habrá que mirar si se ha hecho una interpretación adecuada) les dejo con gran tema de Bob Marley que resume mis deseos para el mundo: «No more trouble».